Sorpresa, miedo, angustia, afecto, cariño, alegría, excitación… Todas estas palabras denotan diferentes emociones que todos sentimos en el día a día.
Se trata de reacciones que tenemos ante estímulos que pueden provenir tanto del exterior (por ejemplo ver una araña, un bebé o que te comuniquen tu tan esperado ascenso) como del interior de la propia persona (un pensamiento o recuerdo que te haga sufrir o sentirte feliz). Dichas reacciones, a nivel cerebral, dependen de una serie de circuitos que son capaces de organizar y poner en conexión la percepción y la emoción, siendo el principal sistema encargado de ello el sistema límbico, y dentro de este sistema siendo la amígdala uno de los núcleos principales.
Texto tomado de:https://psicologiaymente.net/neurociencias/amigdala-cerebral